¿Qué son? Los aceites esenciales son fragancias naturales que se encuentran en ciertas raíces, maderas exóticas, resinas, hojas, flores, frutas y bayas aromáticas. Están contenidos dentro de los tejidos de las plantas, dentro de sacos microscópicos, o en sus células.
Existen varios métodos para extraerlos:
Destilación de vapor: Se inyecta vapor a alta presión en el tejido de la planta, para liberar el aceite esencial en el vapor.
Expresión: Consiste en exprimir el aceite directamente de la corteza o de la cáscara del fruto. Este método se utiliza principalmente para obtener aceites cítricos.
Extracción con disolventes: Se utilizan sustancias volátiles para disolver las bolsas aromáticas de los tejidos de la planta. Este extracto se refina hasta conseguir un “absoluto” puro, es decir, el aceite esencial
¿De dónde vienen?
Los aceites esenciales provienen de todas partes del mundo. En Bulgaria se cultivan las rosas, se recogen a mano y, al momento de la destilación, se utilizan entre 50 y 100 flores para obtener una sola gota de aceite esencial. Por su parte, India es un gran productor de aceite esencial de Jazmín, Sándalo y Pachuli. El mejor aceite esencial de Geranio proviene de la Isla Reunión, ubicada en el Océano Pacífico; mientras que Australia es el mayor productor del aceite esencial del árbol de té, conocido como Melaleuca.
Para cultivar plantas productoras de aceites esenciales, se requiere de grandes extensiones de tierra. Por ejemplo, para obtener tan sólo un litro de aceite esencial de lavanda se necesita media tonelada de materia prima.
La calidad de los aceites esenciales va a depender del lugar, de las condiciones climáticas y del tipo de suelo en el que se cultiven las plantas. Es muy importante que la cosecha se
levante en el tiempo preciso y con es la técnica de extracción adecuada.
Es importante ser cautelosos al momento de elegir un aceite esencial. Aquellos aceites sintéticos o extraídos de solventes químicos, son de calidad inferior y pueden generar a futuro problemas de salud. Además, hay que tomar en cuenta que sólo los productos calificados con “grado terapéutico” pueden ser ingeridos sin algún tipo de riesgo.
¿Para qué sirven?
A lo largo de la historia los aceites esenciales se han utilizado con fines terapéuticos, cosméticos y culinarios. Las civilizaciones griegas y egipcias, así como muchas otras, utilizaban comúnmente las esencias y las plantas aromáticas, y se beneficiaban de las propiedades de la herbolaria.
En la actualidad, diversos estudios de investigación científica han demostrado sus propiedades bactericidas, fungicidas, acaricidas, anticancerígenas, antioxidantes, antiinflamatorias y antidepresivas, entre muchas otras.
Las moléculas contenidas en los aceites esenciales promueven la liberación de neurotransmisores que modulan el estado de ánimo, así como de hormonas que balancean el metabolismo. También poseen cualidades únicas que refuerzan el sistema inmune.
Comments